Historia de Nuestro Colegio

Junto con el nacimiento del Liceo Cauquenes nacía el Liceo Blanco Encalada, en 1911. La petición de Hermanos para la obra talquina se vio retrasada, de modo que se dejó bajo la dirección del Pbro. Don Marcos Tabuenca, secundado por tres profesores laicos. Se arrendó para ello, una casa en la calle 2 Sur. Al año siguiente se trasladó a la calle 1 Oriente con 3 Sur. Junto con ello, llegan los tres primeros Hermanos; Juventín, Director, secundado por los HH. Herbert Clément y Jules Léonce. Al año siguiente, en su tercer año de vida, ocupan el tercer local que habría de ser el definitivo. Ubicado en el ángulo de la Alameda con la 1 Oriente, frente al Teatro Municipal. La vida del Liceo va trascurriendo sin tropiezos. Pronto se ve la conveniencia de implementar un internado para los hijos de hacendados.

El sitio que ocupa el Colegio pertenece al Centro Cristiano lo cual no impide que los Hermanos vayan adquiriendo, poco a poco, sucesivos sitios hasta completar la manzana entera, en 1930. Al Hermano Juventín lo suceden los Hnos. Adeodatus, Camille Lucien, retomando en un segundo mandato los HH. Juventin y Camille Lucien. Por estos años llegan otros Hermanos cuyos nombres se hicieron familiares al mundo talquino: Tomás de Aquino, Charles, Honorio, Louis Courtois, Condé Dominique y el chileno Simeón Estilita. Todos ellos ostentan una permanencia que oscila entre los 20 y 50 años. En 1929 la propiedad del Colegio es traspasada a los Hermanos. En cuanto a los inmuebles del Colegio, resulta curioso constatar como la misma naturaleza ha contribuido, con su violencia, a la construcción de un par de pabellones. En efecto, los terremotos de 1939 y 1960, que afectaron nuestra zona, favorecieron los préstamos del Ministerio de la Vivienda para construir. Esos préstamos fueron, finalmente, condonados. Así se elevaron los pabellones de la 1 Oriente. y el de la 3 Norte, respectivamente. Lo demás se ha construido por los Hermanos; la actual capilla en el año 1944; el pabellón de la esquina Alameda con 1 Oriente, en 1954; la piscina olímpica, en 1961; el casino en los años 80; el gimnasio concluido en su obra gruesa hacia 1993, y en sus detalles en 2002.

A los primeros rectores nombrados les suceden, a partir del año 1941, los Hermanos Condé Dominique, Jeróme Rupert, Louis Courtois y Leonardo María. En este segundo período el Colegio procede a duplicar su alumnado; aparece la educación preescolar; se empieza a usar el uniforme escolar; se adquiere el campo deportivo que un alumno bautizó con el apodo de “Cancha de los Cóndores”. Desaparecen los pioneros: Juventín, Charles, Clodoveo, Camille y Simeón Estilita. Se mantienen cual reliquias los Hermanos Louis Courtois y Honorio. El Colegio goza de merecida fama y cuenta con el aprecio de Mons. Manuel Larraín y de las autoridades cívicas, entre las que se cuentan varios exalumnos.

Es en esta etapa que el Colegio celebra sus Bodas de Oro con un programa en el que se une lo festivo con lo social y lo conmemorativo, quedando como recuerdo, diversas obras a favor de los pobres tal como la Escuela José Ignacio Cienfuegos. Junto con ello en el patio, una excelente iluminación y en la Capilla, el Órgano Hammond. Para los Hermanos difuntos, un digno mausoleo que guarde sus restos. Más adelante, en que están los Hermanos Sergio Moreno, Juan, Basilio, Jorge y Augusto, vemos la desaparición del Internado. Se inicia la coeducación partiendo de los niveles inferiores. Aparecen los primeros profesores seglares y el personal femenino. Gliceria del Picó y los Sres. Rodolfo Seguel y Manuel Núñez Ascencio. Con la edificación del pabellón de la 3 Norte y los locales del antiguo Internado se sobrepasa el millar de alumnos; pero los Hermanos disminuyen en número. El fruto de tantos esfuerzos es visible. Por doquier se identifican sus exalumnos, ya sea en las esferas gubernamentales, en el mundo profesional, en las Fuerzas Armadas, en el Clero, en la Banca y el Comercio. Pero, sobre todo, en el mundo anónimo de los funcionarios de toda clase que tienen el agrado de prolongarse en su Colegio (que desde 1986 se llama De La Salle) a través de sus hijos y nietos.

Cuando el Colegio apagaba sus 82 velitas, esto es en 1993, se apaga para el mundo terrenal el Hermano Louis Courtois, a la bíblica edad de cien años. Lejos de su segunda patria, Chile, pero con su corazón en ella. Todo un símbolo, pues con su muerte desaparece el último de los Hermanos franceses, de los 172 que vinieron a dar lo mejor de sí a nuestra patria. Actualmente, la Rectoría ha sido asumida por la Sra. Andrea Mundaca Cabrera y el Representante Legal del colegio es el Hno. Nicolás Herrera Herrera.

Nos anima hoy un gran deseo de integración entre todos los estamentos para conformar la gran Familia Lasallista. Ustedes, querida comunidad, siéntase invitados a construir de manera diaria esta Familia.